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sábado, 14 de diciembre de 2013

"Si te vas a morir..."

Si se va a morir, primero debe estar completamente seguro, si su decisión ya está firme, hágalo de golpe y sin pensarlo. No queremos que se arrepienta mientras su cuello es estrangulado con una cuerda y sus pies buscan desesperados un apoyo. Tampoco queremos que corra pidiendo ayuda mientras miles de pastillas hacen efecto en su estomago, créame que los lavados no son agradables y en el peor de los casos, podría quedar afectado de por vida. Si se quiere disparar procure no dejar mucha sangre salpicada, a nadie le gustaría limpiar sus sesos mientras se lamenta la pérdida, sería muy egoísta de su parte si lo hiciera. Si va a cortarse las venas hágalo en forma paralela a sus venas, nunca lo haga de forma perpendicular o lo único que obtendrá será su ropa manchada de rojo y una visita al hospital. Si quiere saltar de un edificio hágalo y ya, no necesitamos que alerte a toda la ciudad sobre su propósito, evite los escándalos que son muy molestos y le arruinan el día a las personas.
Procure no utilizar métodos que no sean completamente efectivos. No hay nada más vergonzoso que los intentos fallidos, enserio. Hágalo de manera rápida y con la cabeza fría, libere su mente de cualquier pensamiento, sea positivo o negativo, mantenga su mente en blanco y no se acobarde porque quedaría como un completo idiota. No haga las cosas por impulso, se supone que ya lleva tiempo meditando su decisión y no hay cosa peor que moleste a los espectadores que la indecisión de las personas.
Si se va a morir no deje notas inconclusas, diga en un breve escrito el por qué de su decisión y no deje nada al pensamiento. Escriba por qué y desde cuándo pensó esa opción, intente ser lo más claro y breve posible, evite dejar vídeos o cosas así. Borre sus conversaciones en cualquier red social, borre sus mensajes de texto con cualquier persona, si puede, cierre sus perfiles en Facebook, Twitter, Tumblr, Tuenti o lo que sea que use. Después de una muerte lo que menos queremos es atormentarnos del por qué de su decisión, no nos ayuda mucho ver sus fotos y publicaciones por ahí en la web. No deje nombres escritos, no aumente la culpa de esas personas. No los atormente más de lo que ya están. Todos tenemos nuestros problemas, si usted no supo superar los suyos, por favor, no aumente los nuestros.
Deje su funeral y todo lo que quiera planificado y preparado, ya que si esa fue su decisión, deje tranquilos y sin pendiente a los que se quedan, dígales mediante algún método que haya prevenido con anterioridad lo que deben hacer después de encontrar su cuerpo sin vida. También es muy importante que deje el dinero necesario para hacer todo lo que se le antoje, no hay nada peor que dejarle deudas a la familia o a los amigos, eso solamente lo haría una persona verdaderamente egoísta y estúpida. Si no tiene los medios económicos para hacer lo que quiere después de su muerte, primero planifique y aparte un paquete funerario, páguelo con tiempo, guarde los documentos en un lugar donde seguro los encontrarán y luego ya se muere. Si no quiere ser un alma en pena por el resto de la eternidad, haga todo lo que tenga que hacer primero.

Si se va a morir antes que todo eso, siga estos pasos con mucho cuidado y a pie de la letra.
  • 1.- Salga a correr, intente un deporte. Nada mejor como mantener un cuerpo en buen estado para el funeral tan esperado.
  • 2.- Aliméntese bien. Coma sano, a sus horas y beba mucha agua, las personas sanas mueren mejor.
  • 3.- Hable con alguien de sus problemas. Es mejor dejar conocimiento anticipado de las causas, así las personas podrían asimilar mejor su muerte.
  • 4.- Dígales a sus seres queridos lo que siempre les ha querido decir. Para sus últimos momentos es mejor no tener nada pendiente para no arrepentirse, haga lo que tenga que hacer.
  • 5.- Mantenga su mente ocupada en otras cosas que no sean la muerte, vaya a cine, al teatro, lea un libro, beba café, asista a una fiesta, salga con amigos y conviva con su familia. Una mente relajada es mejor mientras pasa sus últimos minutos con los vivos.
  • 6.- Espere que pase un tiempo, espere a que su mente sopese sus problemas. Mientras pasa ese tiempo realice una y otra vez los pasos anteriores. Lo mejor para una muerte segura y serena es cumplir con lo que dice aquí.
  • 8.- Repase cada una de las cosas que le han gustado de su vida, cosas que le gusten de usted, cosas que le gusten de la gente que le rodea y repase las cosas que no le gusten de usted y piense en cómo las podría solucionar. No hay nada mejor que tener claro lo que le gusta y qué podría hacer para mejorar lo que no le gusta antes de decidir abandonarnos.
  • 9.- Antes de hacer nada contra su vida, asegúrese que no sea indispensable para nadie. Antes de morir es mejor saber que alguien no lo necesitará, que no tiene hijos a quienes dejar huérfanos, que no tiene una pareja que le llorará meses e incluso años. Asegúrese de que sus padres lo tomarán bien, que sus amigos estarán bien después de todo y que nadie, absolutamente nadie lo necesita.
  • 10.- Repase la causa de su muerte, el motivo por el cual quiere dejar de respirar. Como ya había dicho antes, no hay nada mejor que tener las cosas claras desde un principio. Busque una posible solución a sus problemas y deles solución. Valore si su problema vale realmente la pena e insisto, hable con alguien que le pueda ayudar, si alguien no le puede ayudar, sencillo, busque a alguien más.
  • 11.- Por último y más importante. VIVA. Para morir primero hay que vivir... Haga lo que tenga y deba hacer, sea amable con las personas, sea educado y conviva con la gente. Viaje si así lo desea y si le es posible, haga todo lo que tenga en sus manos para poder decir que vive y no sobrevive. Cambie sus actividades diarias, intente nuevas cosas, conozca nueva gente, aprenda cosas nuevas. Cuando por fin haya sentido que realmente ha vivido lo suficiente y que es plenamente feliz, espere un tiempo reposando de las emociones y ahora sí, muérase.

Estos pasos y sobre todo éste último puede que le tomen un tiempo y eso es lo que importa, para morir hay que estar lo suficientemente preparado, no hay nada peor que una muerte prematura. Debe seguirlos TODOS y cada uno de ellos, son fundamentales para que logre su cometido. Si no cumple un paso, puede ser que a la hora de la prueba final sienta un vacío o un sentimiento de culpa y eso es un obstáculo para su propósito. Cualquier paso que no se cumpla puede despertar en usted una pequeña chispa de arrepentimiento y eso dañaría seriamente a todo lo que había logrado anteriormente. Un consejo es que ante las más mínima chispa de arrepentimiento, deje lo que va a hacer y se dedique a cumplir el/los paso/s no realizado/s y lo vuelva a intentar en otra ocasión con más calma y ya con todo cumplido. Recuerde siempre esto último... "Muera y deje Vivir."

En memoria de alguien que cambió mi vida, Jaqueline. 14/12/97 - 22/11/11

viernes, 21 de junio de 2013

"Pequeñas Cosas."

A Carlos siempre le había gustado esa chica de segundo grado.
Desde que entró a la secundaria la había observado todos los días. Para la mitad del año se había decidido a hablarle todas las veces que pudiera, pero era muy tímido para eso.
Cuando entró a tercero por fin se decidió a hablarle todos los días, siempre y cuando tuviera la oportunidad y no la estuviera interrumpiendo.
Después de una semana, todas las clases finales de Carlos le tocaban en el salón E-4, ahí, el grupo de Diana, la chica de la cual Carlos estaba enamorado, tenían todos los días su penúltima clase.
Todos los días Carlos se apresuraba para llegar temprano a su última clase y así poder ver a Diana; siempre que llegaba ellos ya iban saliendo, entonces Carlos le decía un simple "Hola" y le dedicaba una sonrisa. Al principio Diana no le respondía, pues se le hacía muy raro que él, alguien a quien no conocía, la saludara todos los días, pero con el tiempo se fue haciendo rutina.
Pasaban los días y Carlos seguía con su saludo diario. Le comenzó a escribir cientos de cartas a Diana donde le confesaba sus sentimientos y las razones por las cuales le gustaba, sin embargo, además de su saludo diario en el último cambio de módulo, no se hablaban para nada, nunca habían entablado una conversación y si se encontraban en la calle o en algún lugar ajeno a la escuela sólo se saludaban y cada quien seguía por su camino.
Cierto día, casi para el final del curso, mientras Carlos estaba en su penúltima clase, hubo un corto circuito y el salón se comenzó a incendiar. Todos los que ahí se encontraban salieron huyendo, todos menos Carlos, quien mientras corría hacia la salida se había tropezado con la silla de uno de sus compañeros y había caído al piso, torciéndose el tobillo, lo que le impedía levantarse y salir de aquel salón que poco a poco se envolvía en llamas.
Mientras Diana salía de su clase notó que había alumnos corriendo por el patio cívico, era el grupo donde estaba el muchacho que todos los días la saludaba de una manera sencilla y tímida. Los muchachos salían corriendo y gritaban mientras en el edificio de enfrente el último salón se encontraba en llamas. Diana pronto notó la ausencia de aquel muchacho y le entró un pánico inexplicable. Pronto corrió con los prefectos quienes iban corriendo con cubetas de agua para apagar el fuego y otros llamaban a los bomberos.
-¿Hay alguien todavía adentro del salón?- decía histérica a uno de los prefectos.
-Al parecer salieron a tiempo todos, pero vete de aquí y mantente lejos el fuego, puede ser peligroso.- le dijo un profesor mientras impedía que subiera las escaleras.
-Estoy segura de que aún hay alguien en el salón, ¡tienen que sacarlo!- gritaba Diana.
En el salón Carlos se intentaba arrastrar para llegar a la salida pero el humo era demasiado y las llamas estaban a punto de alcanzarlo.
Diana había convencido a un profesor de entrar al salón para revisar si ya no había nadie y fue cuando encontraron a Carlos tirado en el piso a punto de desmayarse por todo el humo que había inhalado, las llamas estaban a punto de alcanzarlo pero por fortuna el profesor llegó a tiempo y lo sacó.
Cuando Carlos estaba fuera, mientras los paramédicos lo revisaban, Diana se le acercó muy preocupada.
-¿Te encuentras bien?- le preguntó.
-Sí... estoy algo mareado por el humo, pero a pesar de todo estoy bien gracias a ti- le respondió Carlos.
Diana le dedicó una amplia sonrisa y no sabía si abrazarlo o no.
-¿Cómo supiste que aún no salía del salón?- le preguntó de pronto Carlos a Diana.
La pregunta tomó por sorpresa a Diana pero a los pocos segundos la respondió... -Todos los días un muchacho, mientras salimos de la penúltima clase, me saluda. Siempre me pregunté quién era ese muchacho, porque casi nadie de tercero me habla. Al principio me tomaba por sorpresa ese saludo, pero con el tiempo me fui acostumbrado y llegué al grado en el que salía un poco tarde sólo para encontrarme con él y que me dijera ese "Hola" y nada más. Ese saludo me hacía sentir especial, porque sentía que para él yo era alguien, que no era otro "zombie" en esta inmensa escuela. Soy muy tímida y por eso mi presencia casi no se nota, pero cuando noté que ese muchacho me saludaba a mi y sólo a mi, me sentí una persona importante, sentí que realmente valía la pena para alguien, que mínimo merecía el saludo de alguien... entonces, cuando salimos de clase y vi que todos salían corriendo del edificio, te busqué desesperada pero no te encontraba, no les podía preguntar a tus compañeros por ti porque ni siquiera sé tu nombre, así que fui corriendo a preguntar si todavía había alguien en el salón, al principio me dijeron que ya no había nadie y que sólo estaban esperando a los bomberos, pero pese a mi insistencia decidieron revisar el salón y te encontraron.
Carlos se quedó muy sorprendido  pues, el nunca se imaginó que para esa chica, él era alguien, no sólo un alumno más, sino alguien especial, tan especial, porque ella esperaba ese saludo todos los días.
Carlos se dio cuenta de algo muy importante. No se necesita hacer cosas extravagantes o extraordinarias para dejar huella en alguien o en algún lugar, con el simple hecho de ser cortés y amable te ganas un lugar muy especial en la memoria de alguien. Muchas veces lo ordinario como un saludo se vuelve tan extraordinario y algo como un simple "Hola" se convierte en algo digno de recordar. Que las pequeñas cosas no son tan pequeñas después de todo.

domingo, 28 de abril de 2013

"¡Qué bellas son las perlas!"

A
quí una pequeña reflexión.

¡Qué bellas son las perlas!

Aún así... sabemos que las perlas son producto del dolor...
Toda perla es la consecuencia de una ostra que ha sido herida por un pequeño grano de arena que ha entrado en su interior. Una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas.
En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia llamada "nácar", y cuando un grano de arena penetra en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para protegerse y así evitar que el grano siga lastimando a la ostra. Como resultado, se va formando una hermosa y brillante perla.
¿Te has sentido herido por las palabras y/o actitudes de alguien?
¿Has sido acusado de cosas que nunca has dicho?
¿Todas tus ideas han sido rechazadas y ridiculizadas?
¿Te han culpado de cosas que jamás has hecho?
¿Tu actitud frente a algunas situaciones se malinterpreta?
¿Te han ofendido alguna vez?
¿Has sufrido alguna vez los golpes de la indiferencia?
¿Te han herido precisamente aquellas personas que menos esperabas?
¿No te valoran como realmente lo mereces?
¿Te han tratado como basura sin alguna explicación?
Entonces, perdona y haz de tu herida una perla. Cubre tus heridas con varias capas de amor como la ostra cubre el grano con nácar. Recuerda que cuánto más cubierta esté tu herida, menos dolor sentirás. Por el contrario, si no la cubres con amor, esa herida permanecerá abierta, te dolerá más y más cada día que pase, se infectará con el resentimiento y la amargura, y peor aún, nunca cicatrizará, sólo se irá abriendo cada vez más.
En nuestra sociedad podremos ver muchas "ostras vacías" no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar y prefirieron quedarse con esa herida eterna, no supieron comprender y transformar ese dolor en una bella perla.
Y recuerda...
"Una perla es... una herida sanada por el amor".


¿Les gustó?, está corta pero espero y les deje algo:3

martes, 23 de abril de 2013

"Las Mis..."

Bueno... hoy fue un día demasiado raro; bueno, no raro, ¿de mala suerte?, a decir verdad, tampoco fue tan mala suerte... Esto...  bueno, aquí les dejo esta pequeña historia n.n

Era un lindo y nublado día de abril, y bueno, era...
Fernanda y Alondra habían quedado de verse en el centro de la ciudad para ir arreglar algo de unas playeras para la escuela. Alondra estaba apurando a Fernanda para que se fuera rápido porque ella iría con su familia.
Llegaron al punto donde habían acordado y Alondra se había tardado un poco más de tiempo.
-¡Llegué!- gritó Alo haciendo movimientos con las manos para que Fernanda la viera.
-¡Al fin!- dijo Fer mientras rodaba los ojos.
-No tengo saldo, me tardé porque antes ya había ido a otros dos lugares- explicaba Alo algo agitada.
-¡No te pases!- le soltó Fer enojada.
Alo sólo sonrió como disculpándose.
-No tengo feria, vamos por un frappé para ya ir a Camicette- dijo Alo mientras caminaba hacía la cafetería.
Fer se topó con un viejo amigo que la entretuvo mientras Alondra se impacientaba porque ya era tarde y Camicette no estaría abierto todo el día, además, necesitaban "feriar" su billete.
Ya en la cafetería pidieron una "Soda Italiana" pero el dependiente dijo que no tenía agua mineral y que iría por ella a un Oxxo cercano; mientras tanto se quedaron esperando. Cuando por fin llegó el muchacho Alo fue a pagar pero no tenían cambio (algo malo ya que ella lo que quería era cambio", le pidió dinero a Fer se pusieron a hablar un rato sobre los diseños que tendrían que llevar las playeras, pero Fer no había traído los diseños correctos.
-Había publicado los dibujos en el grupo- dijo Alo molesta.
-¡Ay!, no importa, sólo los vamos a enseñar para que nos digan el precio- dijo Fer con una sonrisa tonta.
-¡Ay!, en ese caso hubieras traído un crucigrama cualquiera si sólo íbamos a enseñar los diseños, ¡si por eso te tardaste tanto!- dijo Alo más molesta.
-Ay, pues si verdad-
-¡Agh Fernanda! ¡Te odio!, ¡Te odio con odio jarocho!, ¿sabes cuál odio es ese?- le gritó molesta.
-Un odio muy profundo...- dijo Fer todavía con su sonrisa tonta.
-¡AGH! ¡Te odio con odio jarocho!-
Después de eso, Fer y Alo tomaron un taxi y se dirigieron a Camicette, en el taxi se iban riendo de cualquier tontería, riéndose de todo.
En el local, la dependiente les había explicado todos los costos para mandar hacer las playeras y todo; después se pusieron de acuerdo para comentárselo a sus compañeros e ir después para ya ordenar todo.
Se fueron caminando (varias cuadras) hasta por la catedral y en el camino entraron a una papelería a conseguir "feria"; compraron un plumín igual de caro que 11 plumas común y corrientes y unos chicles, (cabe destacar que los chicles son parte importante de la historia). Caminaron un buen rato riéndose de todo hasta llegar a un oxxo; Alo tenía pensado poner saldo pero en la entrada del oxxo había un vago con un cigarro abriendo la puerta y Fer la miedosa no quiso que entraran a ese oxxo. Siguieron caminando mientras Fer insistía en que tomaran un taxi y Alo negaba todas las veces que era mencionado el tema. Pasaron por el Hotel Gobernador y por Soriana Centro, ahí Alo se encontró a una vieja amiga pero siguieron su camino; mientras seguían caminando, Alondra por fin cedió a las suplicas de Fernanda de tomar un taxi, sin embargo, justo cuando Alo estaba buscando su dinero, se dio cuenta de que no estaba, ¡lo había tirado en alguna parte!, intentó buscarlo en todas partes, le preguntó a Fer que si ella no lo traía pero nada, recordó por cada lugar donde pasaron intentando identificar el lugar donde había dejado el dinero, pero no se pudo acordar inmediatamente. Caminaban mientras el perfecto cielo nublado de hace a penas unas horas había desaparecido y en su lugar había un sol quemante y Alo es algo delicada al sol. Alondra se preguntaba ¿dónde estaba la nube negra con el rayito en su cabeza simbolizando su mala suerte?, quizá eso mínimo le daría sombra.
Siguieron su camino, pero esta vez, Alo traía una cara de desesperación total, de frustración y miedo. Estaba desesperada porque el dinero que había perdido era "mucho", porque era todo el dinero que le quedaba hasta que terminara el mes y porque su madre la regañaría muy, muy feo cuando se enterara.
Siguieron caminando hacía la Catedral donde se supone que se encontraba la madre de Alo, pero a cada paso se desesperaba cada vez más y sentía cada vez más miedo, Fer y ella bromeaban ocasionalmente a medida que avanzaban por el camino, pero Alo no estaba de un humor completo.
Llegaron a la Catedral donde había muchos, muchos vendedores y personas por ser día festivo; eso a Alondra le molestaba demasiado y muy estresada por lo que había sucedido. Había un grupo de personas controlando la entrada y la salida de los fieles de la Catedral, eso a Alo no le importó y entró por donde le dio su regalada gana mientras Fer sorprendida la seguía intentando calmarla.
-¿Qué te pasa?, por ahí no se podía pasar- le dijo Fer a Alo cuando la alcanzó.
-No me importa, yo entro por donde quiero- se defendió Alondra.
No tenía crédito en el teléfono y no encontraba a su madre por ningún lado, lo que la llevó a una gran desesperación. Fer seguía a su lado y le sugirió que le marcara a su madre de su teléfono celular. Alo enseguida marcó esperando escuchar la voz de su madre.
-¿Qué pasó?- decía su madre cuando al fin había atendido el teléfono.
-¿Dónde estás?- casi gritaba Alondra.
-En la casa, ¿por qué?- decía su madre del otro lado de la línea.
-¿En la casa?-
Fer no podía contener la risa, porque era gracioso que a su amiga la abandonaran a su suerte en el centro, no eran niñas pequeñas pero Alondra en ese momento lo parecía, asustada como un pequeño corderito frente a un lobo. (Saludos a Cordero... ¡Beeeh!)
Alondra colgó aliviada y a la vez un poco enojada porque no era la primera vez que su madre la abandonaba a su suerte en algún sitio ,sí, se notaba que era la consentida de la familia.
-¿Y ahora qué hacemos si no tenemos dinero ni nada?, ¿me vas a acompañar a mi casa?- decía Fer un poco desesperada.
-¡No sé!, mi mama ya está en la casa y no es la primera vez que me abandona a mi suerte en algún lugar- dijo Alondra con cara de "moriré"
Rápido intentaron tomar decisiones, que si se iban en camión, pero ninguna traía credencial y el dinero que tenían sólo alcanzaba para una, o que si pedía dinero, pero al final optaron por irse en taxi y en la casa de Fer lo pagarían.
Caminaron hasta el paseo de "Las Alamedas" y en el camino se encontraron con las grabaciones de una película en la cual seguramente saldrán de extras (¡Qué suerte!) y siguieron hasta la plazuela. Fueron a la fila de taxis y tomaron uno, un señor agradable y "confiable" según Fernanda.
Cuando se subieron al taxi, a penas habían volteado en una esquina cuando el conductor abrió la puerta y la cerró, ambas pensaron que quizá había dejado la puerta abierta y la había cerrado como cualquier persona normal lo haría, pero no, a los pocos segundos el auto se detuvo.
-Muchachas, no me había fijado pero se pinchó una llanta- dijo el taxista.
No habían entendido qué significaba eso, si se tendrían que esperar o si tendrían que irse, o pero aún, ¡si tenían que pagar los seis pesos que para ellas en ese momento era una fortuna! El taxista las miró con una cara de "ya bájense" y se bajaron. Tardaron unos cuantos minutos en elegir otro taxi "confiable" según Fernanda, cuando al fin encontraron un taxi manejado por una mujer. Se subieron y todas bien felices pensando que su racha de mala suerte había terminado por hoy.
Por el camino hacía la casa de Fer se iban riendo de todas sus desgracias mientras comían chicles, estaba saciando sus penas con la caja de chicles que habían comprado en la papelería. Después de las correctísimas instrucciones que Fer le daba a la taxista, por fin llegaron a casa y por primera vez desde toda la tarde, se sintieron aliviadas. Fer fue por el dinero a su casa dejando a Alo "empeñada" con la taxista, llegó Fer con el dinero y Alo lo primero que hizo entrando a la casa, fue tirarse al piso lamentándose por su mala suerte.
Al final bebieron café riéndose de sus desgracias pero llegando a la conclusión de que habían pasado una tarde agradable y que lo mejor que le había pasado en el día a Alo, fue encontrar en la puerta de la habitación de su amiga, la letra de una canción de su banda favorita.

Basada en hechos reales (-8

viernes, 12 de abril de 2013

"Maps."

Hola; hoy me inspiré un poco mientras hacía un examen de matemática (nunca me puedo concentrar, así que me pongo a pensar en otras cosas xD) Y pues... esto es lo que salió.


Muchas veces dicen que “Amor de Lejos. Amor de Pen…” bueno, ustedes sabrán, y de eso va esta historia. (…dejos)
Hace algún tiempo, en la bellísima ciudad de cielo gris, México, D. F., bueno, no es la ciudad más romántica del mundo pero aquí comienza la historia. 
Sofía está de viaje con su familia. Sofía y su prima van a curiosear por la zona rosa y en la estación se encuentran con un muchacho de muy bien parecer, el muchacho también va a la zona rosa así que las acompaña.
—¿Y cómo te llamas? — preguntó Sofía un poco tímida.
—Oh, me llamo David, ¿y tú? — le contestó David.
—Sofía—
El camino fue rápido y los tres chicos se divirtieron toda la tarde por la zona rosa, mientras la prima de Sofía socializaba con sus amigos, ella y David platicaban y se conocían un poco más.
—¿Y por dónde vives? — preguntó David para intentar romper el hielo.
—Oh, bueno… vivo en Tijuana, B. C., pero estoy de vacaciones por aquí, es algo lejos —
—Vaya… sí que es algo lejos… y bueno, realmente estaremos más lejos terminando las vacaciones — contestó David un poco triste.
—¿A qué te refieres? — le preguntó algo incrédula Sofía.
—Después de vacaciones me mudo a Mérida, estaríamos algo así como de orilla a orilla, y a mí no me gustaría dejar esto como “una aventura de vacaciones” —
—Bueno… —
Sofía no había pensado que eso sólo sería algo de vacaciones, David le había agradado mucho, mucho…
Sofía se quedó callada un momento pensando y David la interrumpió.
—¿Me pasas tu teléfono?, tenemos que seguir hablándonos, mañana quiero invitarte a comer a un restaurant muy bueno. — 
Y así quedó la cosa. David y Sofía se siguieron viendo el resto de las vacaciones, pronto comenzaron una relación y cuando se habían terminado las vacaciones Sofía había pensado en terminarla porque la distancia era mucha pero David le había insistido que no se preocupara, que ellos se seguirían hablando y mandando mensajes como siempre, que a pesar de todo, ellos estarían juntos porque sentían amor, amor puro, y el amor puro puede contra todo, puede contra el tiempo, la distancia y las suegras.
Sofía volvió a Tijuana y David se mudó a Mérida, la distancia era mucha pero hablaban todos, todos los días, se quedaban hasta altas horas de la noche, y después que los regañaran y colgaran, seguían enviándose mensajes de texto, se enviaban fotos diciéndose lo mucho que se querían, se enviaban regalos por correo y tenían planes de verse algún día, preferentemente en las vacaciones de invierno; acordaban puntos medios, sitios donde se podrían encontrar, lugares a donde se podrían escapar, decían que se verían en el D. F., otras veces David decía que iría hasta Tijuana para ver a su amada Sofía.
Sofía era muy bonita y con un lindo y largo cabello color chocolate, ojos color chocolate y era un poco bajita y menuda, pero muy tierna; David era alto con un cabello corto color castaño oscuro, ojos color miel y una sonrisa Colgate, un muchacho de muy buen parecer.
Pasaban los días y mientras Sofía se enamoraba cada día más de David, éste le llamaba cada vez menos y le contestaba muy tarde los mensajes. Sofía pensaba que quizá tendría una mala racha en la escuela y estaría dedicado a estudiar todo lo que pudiera para no reprobar y cumplir las vacaciones que tanto habían soñado juntos.
Había pasado una semana y a Sofía le había llegado un paquete de David, era un lindo collar y una foto de él con un cartel diciendo “Lo Siento”, Sofía sabía que se disculpaba por la poca atención que le estaba dando, pero el esfuerzo y la dedicación del regalo lo había compensado todo.
Sofía estaba convencida de que esta sería la ocasión especial… convenció a su madre de ir en vacaciones a Mérida, hizo todo lo que pudo, prometió que lo compensaría con cualquier cosa, rogó, se arrastró, imploró hasta que pudo convencer a su madre de ir a Mérida por las vacaciones; el precio, que ella usara todos sus ahorros para el viaje y su madre pondría lo demás.
Sofía y su madre vivían solas, su padre se había divorciado de su madre hace algunos ayeres. Su padre tenía un buen trabajo y le daban un buen monto al mes a Sofía, su madre también tenía un buen trabajo y no eran del todo “clase media” pero tenían que pagar un precio por sus “caprichos”, así que un viaje a Mérida no era tanto sacrificio para su madre, pero Sofía tenía que aprender a luchar por lo que quería.
Sofía estaba preparando la sorpresa para David, no le había mencionado nada del viaje para sorprenderlo, para devolverle el regalo que le dio, pero un regalo potenciado.
Pronto se llegaron las vacaciones de diciembre y como David no había podido arreglar un viaje a Tijuana o mínimo al D.F, se había quedado en Mérida a pasar las vacaciones.
Sofía estaba llegando al hotel cuando le dijo a su madre que se daría una vuelta por la ciudad, que no tardaría mucho.
Cuando Sofía llegó al centro de la ciudad decidió que era tiempo de darle la sorpresa a David y le marcó… espero unos cuantos timbres y David por fin contestó.
—Sofía, ¿qué pasa? — le contestó no muy emocionado.
—¡David!, ¡te tengo una gran sorpresa! — a Sofía le brotaba la emoción y el entusiasmo hasta por las orejas.
—¿Ah sí?, ¿qué clase de sorpresa? — le preguntó David.
—¡Estoy en Mérida! — casi gritó Sofía al teléfono.
David no respondió, y Sofía pensó que a lo mejor había sido una emoción muy fuerte y una gran sorpresa que lo había dejado sin palabras.
— Bueno… ¿y qué plan tenemos?, ¿a dónde vamos?... estoy por aquí en el cen… — Sofía no terminó cuando David la interrumpió.
—No puedo — le soltó David en seco.
—¿Cómo que no puedes?, ¿tienes algo que hacer? — le preguntó Sofía algo desilusionada.
—No… bueno, sí… lo que pasa es que… ya tengo planes con mi novia —
Dicho eso David colgó el teléfono y Sofía se quedó con cara de estupefacción.
Regresó al hotel aun no creyéndose lo que David le había dicho y su madre le preguntó que qué ocurría pero esta sólo se encerró en su habitación y ahí pasó el resto de la tarde y toda la noche.
Cuando despertó, Sofía estaba asimilando los hechos de la tarde pasada. Sofía llegó a la conclusión de que toda la culpa la había tenido ella, porque no había sido lo suficientemente interesante o lo suficientemente buena para David, lo que lo había orillado a buscarse otra chica. Se estuvo buena parte de la mañana tratando de pensar una manera para recuperarlo, tratando de pensar una manera para que no la dejara, para tener otra oportunidad con él y esta vez no desperdiciarla, y esta vez contestarle más rápido o no llamarlo todo el día, hacer todo lo posible para visitarlo más seguido, hacer todo lo posible para que él no la dejara. Ella lo amaba y haría todo lo que estuviera en sus manos para recuperarlo.
Esa tarde salió hacía el centro y no sabía muy bien qué hacer, pero haría lo posible para encontrar a David ya que él no le contestaba ni las llamadas ni los mensajes, tal vez no tenía saldo y por eso no podía atender, pero ella sabía que en cuanto lo viera, haría todo lo posible por recuperarlo, por volver a estar con él, si es que se podría decir así.
Caminó unos momentos por el centro hasta que vio en una parada lejana a un muchacho muy parecido a David, se acercó y notó que era él.
—¡David! — gritó Sofía.
David no dijo nada, sólo se quedó parado muy serio mientras esperaba el bus.
—¡David!, estoy aquí por ti — dijo Sofía algo agitada por la carrera que había echado.
—Sofía… tengo novia… ya no puedo seguir contigo… — dijo David muy serio.
—Pero… ella no te ama como yo te amo — las lágrimas querían brotar de los ojos de Sofía y su rostro se había encendido, pero estaba decidida a no perder a David.
—Sofía… — alcanzó a decir David.
Como en toda parada de bus, había unos mapas de la república y otros de la ciudad. Sofía se acercó a uno de ellos y comenzó a señalar algo y a rayar un mapa de la república con un rotulador rojo.
—Tú y yo debemos de estar juntos… por algo nos conocimos. Además, no estamos tan lejos, no es tanta distancia, mi ciudad… tú ciudad… podemos contra eso… esto es sólo una de las tantas dificultades que enfrentaremos — decía Sofía.
Pero en cuanto Sofía se volteó para ver lo que David tenía que decir, pero en cuanto volteó, notó que ya no estaba… no sabía cuándo o en qué punto de su conversación lo había hecho, pero sabía que se había marchado, Sofía sabía que no se lo había imaginado para nada, pero ahora se encontraba ahí, con un mapa rayado y en una parada de autobús vacía. Sofía rompió a llorar mientras se sentaba en la banca, todos sus esfuerzos habían sido en vano y había gastado sus ahorros en unas vacaciones que habían resultado desastrosas. Sofía pudo notar una pulsera en la banca con un pequeño mensajito que decía “Lo siento”, fue ahí cuando Sofía se dio cuenta que eso se había terminado mucho antes de empezar.
Que el amor no lo puede todo, o que quizá a ella no le había tocado vivir el amor. Que en los mapas la distancia parece poca, pero en la vida real es demasiada y un gran impedimento. Que había desperdiciado tiempo y dinero valioso todo por creer en los estúpidos mapas.

sábado, 23 de febrero de 2013

Es hora de decir adiós.

Todos, todos en algún momento de nuestras vidas tenemos que partir, es la parte final del ciclo. Algunas personas se lo toman muy mal, tanto que ni siquiera quieren pensar en eso, a otras les da igual, para algunos es algo natural que se tiene que dar y no hay nada que hacer, y para otros pocos, es la mejor parte de la vida, tanto consideran que es de lo mejor que hasta se adelantan a ese momento.
Pero, para algunos de nosotros, no quisiéramos llegar a esa parte hasta una cierta edad; pero hay veces que se adelanta el proceso por obra de alguna deidad, causa del destino, o simplemente, efecto natural. Y a pesar de la creencia que tenga uno sobre la muerte, siempre, siempre es doloroso perder a alguien, saber que ya cerró los ojos y  no precisamente porque esté dormido, sino porque nos ha abandonado; y sabemos que nunca veremos de nuevo a esa persona.
Aunque muchas veces sepamos cuál es el destino de aquella persona, es difícil hacerse a la idea de no volver a verla jamás; aunque sean enfermos terminales, enfermos con esperanzas, o enfermos con una enfermedad curable, intentamos ser fuertes todo el tiempo, pero cuando llega la hora es imposible no quebrarse e intentar gritar ¡¿POR QUÉ?!; siempre, siempre ha sido horrible afrontarse a la verdad.
Ella era una persona demasiado especial, pero de nada sirve decir lo que en vida nunca dije. El punto es que con personas como ella, es imposible que hasta el más duro no se quiebre y se ponga a pensar "¿por qué ella?"; pero solo a los que nos quedamos aquí nos toca resignarnos, pensar y/o creer que esa persona estará mejor, o que la volveremos a ver donde sea que nos toque ir, o incluso, que nos toparemos con ella de nuevo en la reencarnación; y créanme, que este último pensamiento me resulta más agradable que el resto, porque yo creo que la muerte es algo así como un portal para otra vida nueva, o reinventarse de una nueva manera.
Pero bueno, dejaré de hablar de esto porque no quiero sentirme triste de nuevo; y como ya había dicho, más que un escrito para ustedes, es una forma de desahogarme, de alejar esta tristeza que sé que no me hace nada bien; y bueno, solo me queda decir... "Hasta Siempre".

jueves, 3 de enero de 2013

Liturgia. Un trabajo de Astaroth.

Después de un lindo tiempo fuera de la ciudad es bueno volver a la chamba, bueno, para mi escribir es la chamba xD
Okey ya.

Hoy no les vengo a compartir algo que haya escrito, sino que les vengo a invitar a que lean una muy buena novela que escribió un amigo mio; "Liturgia" : Un joven es sentenciado a prisión injustamente. Tras siete años, nueve meses y siete días su alma se ve infectada por la venganza, pasa su tiempo meditando y tratando de no caer en la locura. Pronto se dará la situación de su escape y emprenderá un camino en que su mente aprenderá cosas nuevas sin darse cuenta.

Realmente no he tenido mucho tiempo para terminar de leerla, pero en lo que llevo les puedo decir que es una muy buena novela y merece la pena leerla; un trabajo del buen Astaroth:3

Aquí les dejo los links para que descarguen el libro.

Link para formato Doc. (Word) : http://www.mediafire.com/?3zadvy5osxhm7qq


Hasta luegito, (estoy trabajando en un pequeño cuento, mañana o pasado lo publico)