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domingo, 15 de febrero de 2015

Pero no lo hiciste.

¿Recuerdas esa vez que olvidé decirte que había examen y lo reprobaste?
Pensé que te enojarías y me dejarías de hablar... pero no lo hiciste.  Me dijiste que no había problema y te convertiste en mi mejor amigo.

¿Recuerdas esa vez que me obligaron a leer una lista de "cosas que me gustan de mi crush" y resultaste ser tú?
Pensé que te molestarías conmigo... pero no lo hiciste.

¿Recuerdas esa vez que nuestros amigos nos preguntaron si éramos algo y tú dijiste "sí" al mismo tiempo que yo dije "no" porque pensé que aún no estábamos listos para hacerlo oficial?
Pensé que estarías herido y que me mirarías con decepción... pero no lo hiciste.  Te reíste y dijiste que deberíamos ponernos mejor de acuerdo para la próxima.

¿Recuerdas esa vez que tenías un partido importante y querías que fuera  pero yo lo olvidé y terminé llegando cuando el partido había terminado y tu equipo había perdido?
Pensé que no querrías verme y te irías a casa... pero no lo hiciste. Me abrazaste y dijiste que estabas contento porque al final de cuentas había ido.

¿Recuerdas esa vez que había bebido de más y te pedí que bailaras conmigo en frente de todos?
Pensé que te negarías... pero no lo hiciste.

¿Recuerdas esa vez que conocí a tus padres y tiré mi vaso de agua en el mantel favorito de tu madre?
Pensé que te avergonzarías de mí... pero no lo hiciste. Te reíste y me ayudaste a limpiar el desastre.

¿Recuerdas esa vez que me escapé de clase y me dijiste que tuviera cuidado y de alguna manera terminé en un accidente de auto?
Pensé que me dirías "te lo dije"... pero no lo hiciste. Me abrazaste fuerte y dijiste que estabas aliviado de que no me hubiera pasado nada.

¿Recuerdas esa vez que me quité el collar que me habías regalado y accidentalmente lo perdí?
Pensé que te pondrías muy triste... pero no lo hiciste.

¿Recuerdas esa vez que te invité a una fiesta con mi familia y olvidé decirte que era formal y tú terminaste yendo con jeans y camiseta?
Pensé que te molestarías conmigo por hacerte quedar mal... pero no lo hiciste.

¿Recuerdas esa vez que me dijiste que me pusiera una chaqueta porque llovería y no te quise hacer caso y terminó lloviendo y yo me estaba congelando?
Pensé que te fastidiarías por mi terquedad... pero no lo hiciste. Gentilmente te quitaste tu chaqueta y me la diste, a pesar que te estabas congelando.

¿Recuerdas esa vez que coqueteé con tu mejor amigo para ponerte celoso y realmente te pusiste celoso?
Pensé que me dejarías... pero no lo hiciste.

¿Recuerdas esa vez que me prestaste tu auto y lo choqué contra un árbol?
Pensé que te pondrías furioso conmigo... pero no lo hiciste. Simplemente me prohibiste volver a sentarme en el asiento del piloto.

¿Recuerdas esa vez que un chico me dedicó nuestra canción en frente de toda la escuela?
Pensé que ese sería el fin, que romperías conmigo... pero no lo hiciste.

¿Recuerdas esa vez que tuvimos realmente una mala pelea y terminé saliendo de tu casa en medio de la noche para gritar?
Pensé que no me seguirías y te quedarías en casa... pero no lo hiciste. Me abrazaste y me dejaste llorar entre tus brazos y en ese momento supe que tú eras el ideal.

Sí, hubieron muchas otras cosas que no hiciste, pero aún así, me las compensaste. Me protegiste, me cuidaste y me quisiste.

Y habían muchas y muchas cosas que quería hacer por ti, para compensarte por todo cuando regresaras a casa...
Pero no lo hiciste.

viernes, 7 de marzo de 2014

"A todos nos debería llegar una Carta"

Quizá nunca llegue a saber quién seas o de dónde seas, ni mucho menos podría llegar a saber tu nombre, pero seas quien seas, esta carta está dirigida a ti. Sí, a ti que lees esto, porque de alguna manera, alguien o algo hizo llegar esto a tu pantalla. Y bueno, solo te pido que  leas con atención lo que escribiré a continuación.
Estas líneas son para una persona especial, una persona que sepa lo que es estar triste, lo que es no ser comprendido, que sepa de la soledad y que el día de hoy necesite un abrazo, unas palabras de aliento, un "Te Quiero", un "Todo va a estar bien" o un simple "Hola :)".
Sé cómo te sientes a veces, sé que hay momentos en los parece que nada tiene sentido, que nadie vale la pena, que quisieras tirar todo por la ventana, saltar al vacío o esconderte en un rincón donde nadie te pueda encontrar, y que cambiarías tu vida de golpe sin importar absolutamente nada. Sé que hay días en los que despiertas y tienes claros cuáles son los errores que has cometido y las consecuencias de los mismos, que desearías tener un borrador gigante para poder borrar cada segundo de tu existencia. Pero, ¿sabes una cosa?, no debes ponerte así, porque siempre vale la pena seguir adelante. A pesar que a veces te sientas como un ser insignificante, vales más de lo que crees. Aunque el camino sea duro y haya muchas piedras para tropezar, vale la pena seguir, porque una sonrisa vale más que mil lágrimas.
Ahora, quiero que liberes tu mente y que vayamos atrás, un tiempo atrás donde nada nos preocupaba, nada nos molestaba y todo era felicidad, ¿ves esa época?, todo era más fácil, ¿cierto?. Si el mundo se volvía pedazos no importaba, porque teníamos a alguien que nos cuidara o que simplemente nos confortara en los malos momentos. Ahora, regresemos al presente, a esos días que no te dejan pensar con claridad, a esos días cuando deseas ser de otra manera, ser una persona diferente, pero no puedes; a esas noches sin luz que tanto asustan, a esos momentos en los que te miras al espejo y no hay nada que te guste, solo encuentras defectos. Imagínate un espejo, ¿lo ves?, ahora dime, ¿qué es lo que quisieras cambiar para sentirte mejor con tus complejos?, toma el tiempo necesario y piensa con calma. ¿Qué ves?, ¿te sientes mejor?, te diré una cosa, no creo que puedas dejar de verte tal y como eres, ¿sabes por qué?, porque no hay una manera más perfecta y maravillosa que ser uno mismo, admitiendo tus errores, valorando tus aciertos, asimilando tus defectos y luciendo tus virtudes. Si pudieras cambiar todo aquello en lo que has pensado, dejarías de ser tú, y lo peor que nos puede pasar es dejar de ser nosotros mismos, porque si dejamos de ser nosotros mismos, nos habremos perdido. Tal como eres, tú, y solamente tú, eres perfecto para alguien más, eres lo más importante para esa persona y vales demasiado, muchísimo. Estos días no son como los anteriores, porque ahora, los que tenemos que confortarnos somos nosotros mismos. Ahora que solo nos tenemos a nosotros, debemos de querernos y seguir adelante porque la razón de todo lo bueno que te pase eres tú. La razón de esta carta eres tú.
Todos tenemos días malos, pero solo viviendo esos días, valoramos los días buenos y los echamos de menos. Todos queremos sonreír, pero llorar nos hace humanos; el llanto muestra que dentro de nosotros, hay sentimientos y emociones que harían estallar un volcán, que moverían montañas y que nos muestran lo vulnerables y fuertes que podemos llegar a ser. Sé que hay momentos realmente duros, y en esos momentos te dejo que llores, que grites, que te enfades, que llenes de golpes a la almohada, que pases el día lamentándote por todo, pero lo único que habrás conseguido es perder un maravilloso día de tu vida, solo te dañarás y dañarás a los que te quieren, pues el mundo sigue su curso, y tú aunque te sientas fuera de él, tienes la fortuna de poder verlo y cambiarlo.
Bueno, persona aún desconocida, no estás sola, hay muchas personas que en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido tal y como te sientes ahora, y es difícil salir adelante, por eso hoy quiero facilitarte el trabajo, quiero darte todo mi apoyo y mi cariño. Alguna vez, todos hemos necesitado un pequeño empujón para continuar, y aquí estoy yo, empujándote con estas palabras para que continúes y sigas adelante.
Aprovecha cada segundo, aprende de todo esto... Me despido con una frase que un amigo alguna vez me dijo. "Te dejo estar triste hoy, si sonríes mañana" :)
Con todo mi cariño.

jueves, 27 de febrero de 2014

Microrelato.

Estábamos sólo mi hermana y yo en la casa. Yo me encontraba en la planta alta haciendo no recuerdo qué cosa, cuando de pronto, escuché la voz de mi hermana llamarme desde el patio trasero. Bajé las escaleras y me dirigía a su encuentro, en ese momento alguien me jaló del brazo y caí al suelo, desconcertada miré a la persona que me había jalado y era mi hermana, me dijo que tomara las llaves y saliéramos lo más pronto posible de la casa. Ella también había escuchado la voz.

sábado, 14 de diciembre de 2013

"Si te vas a morir..."

Si se va a morir, primero debe estar completamente seguro, si su decisión ya está firme, hágalo de golpe y sin pensarlo. No queremos que se arrepienta mientras su cuello es estrangulado con una cuerda y sus pies buscan desesperados un apoyo. Tampoco queremos que corra pidiendo ayuda mientras miles de pastillas hacen efecto en su estomago, créame que los lavados no son agradables y en el peor de los casos, podría quedar afectado de por vida. Si se quiere disparar procure no dejar mucha sangre salpicada, a nadie le gustaría limpiar sus sesos mientras se lamenta la pérdida, sería muy egoísta de su parte si lo hiciera. Si va a cortarse las venas hágalo en forma paralela a sus venas, nunca lo haga de forma perpendicular o lo único que obtendrá será su ropa manchada de rojo y una visita al hospital. Si quiere saltar de un edificio hágalo y ya, no necesitamos que alerte a toda la ciudad sobre su propósito, evite los escándalos que son muy molestos y le arruinan el día a las personas.
Procure no utilizar métodos que no sean completamente efectivos. No hay nada más vergonzoso que los intentos fallidos, enserio. Hágalo de manera rápida y con la cabeza fría, libere su mente de cualquier pensamiento, sea positivo o negativo, mantenga su mente en blanco y no se acobarde porque quedaría como un completo idiota. No haga las cosas por impulso, se supone que ya lleva tiempo meditando su decisión y no hay cosa peor que moleste a los espectadores que la indecisión de las personas.
Si se va a morir no deje notas inconclusas, diga en un breve escrito el por qué de su decisión y no deje nada al pensamiento. Escriba por qué y desde cuándo pensó esa opción, intente ser lo más claro y breve posible, evite dejar vídeos o cosas así. Borre sus conversaciones en cualquier red social, borre sus mensajes de texto con cualquier persona, si puede, cierre sus perfiles en Facebook, Twitter, Tumblr, Tuenti o lo que sea que use. Después de una muerte lo que menos queremos es atormentarnos del por qué de su decisión, no nos ayuda mucho ver sus fotos y publicaciones por ahí en la web. No deje nombres escritos, no aumente la culpa de esas personas. No los atormente más de lo que ya están. Todos tenemos nuestros problemas, si usted no supo superar los suyos, por favor, no aumente los nuestros.
Deje su funeral y todo lo que quiera planificado y preparado, ya que si esa fue su decisión, deje tranquilos y sin pendiente a los que se quedan, dígales mediante algún método que haya prevenido con anterioridad lo que deben hacer después de encontrar su cuerpo sin vida. También es muy importante que deje el dinero necesario para hacer todo lo que se le antoje, no hay nada peor que dejarle deudas a la familia o a los amigos, eso solamente lo haría una persona verdaderamente egoísta y estúpida. Si no tiene los medios económicos para hacer lo que quiere después de su muerte, primero planifique y aparte un paquete funerario, páguelo con tiempo, guarde los documentos en un lugar donde seguro los encontrarán y luego ya se muere. Si no quiere ser un alma en pena por el resto de la eternidad, haga todo lo que tenga que hacer primero.

Si se va a morir antes que todo eso, siga estos pasos con mucho cuidado y a pie de la letra.
  • 1.- Salga a correr, intente un deporte. Nada mejor como mantener un cuerpo en buen estado para el funeral tan esperado.
  • 2.- Aliméntese bien. Coma sano, a sus horas y beba mucha agua, las personas sanas mueren mejor.
  • 3.- Hable con alguien de sus problemas. Es mejor dejar conocimiento anticipado de las causas, así las personas podrían asimilar mejor su muerte.
  • 4.- Dígales a sus seres queridos lo que siempre les ha querido decir. Para sus últimos momentos es mejor no tener nada pendiente para no arrepentirse, haga lo que tenga que hacer.
  • 5.- Mantenga su mente ocupada en otras cosas que no sean la muerte, vaya a cine, al teatro, lea un libro, beba café, asista a una fiesta, salga con amigos y conviva con su familia. Una mente relajada es mejor mientras pasa sus últimos minutos con los vivos.
  • 6.- Espere que pase un tiempo, espere a que su mente sopese sus problemas. Mientras pasa ese tiempo realice una y otra vez los pasos anteriores. Lo mejor para una muerte segura y serena es cumplir con lo que dice aquí.
  • 8.- Repase cada una de las cosas que le han gustado de su vida, cosas que le gusten de usted, cosas que le gusten de la gente que le rodea y repase las cosas que no le gusten de usted y piense en cómo las podría solucionar. No hay nada mejor que tener claro lo que le gusta y qué podría hacer para mejorar lo que no le gusta antes de decidir abandonarnos.
  • 9.- Antes de hacer nada contra su vida, asegúrese que no sea indispensable para nadie. Antes de morir es mejor saber que alguien no lo necesitará, que no tiene hijos a quienes dejar huérfanos, que no tiene una pareja que le llorará meses e incluso años. Asegúrese de que sus padres lo tomarán bien, que sus amigos estarán bien después de todo y que nadie, absolutamente nadie lo necesita.
  • 10.- Repase la causa de su muerte, el motivo por el cual quiere dejar de respirar. Como ya había dicho antes, no hay nada mejor que tener las cosas claras desde un principio. Busque una posible solución a sus problemas y deles solución. Valore si su problema vale realmente la pena e insisto, hable con alguien que le pueda ayudar, si alguien no le puede ayudar, sencillo, busque a alguien más.
  • 11.- Por último y más importante. VIVA. Para morir primero hay que vivir... Haga lo que tenga y deba hacer, sea amable con las personas, sea educado y conviva con la gente. Viaje si así lo desea y si le es posible, haga todo lo que tenga en sus manos para poder decir que vive y no sobrevive. Cambie sus actividades diarias, intente nuevas cosas, conozca nueva gente, aprenda cosas nuevas. Cuando por fin haya sentido que realmente ha vivido lo suficiente y que es plenamente feliz, espere un tiempo reposando de las emociones y ahora sí, muérase.

Estos pasos y sobre todo éste último puede que le tomen un tiempo y eso es lo que importa, para morir hay que estar lo suficientemente preparado, no hay nada peor que una muerte prematura. Debe seguirlos TODOS y cada uno de ellos, son fundamentales para que logre su cometido. Si no cumple un paso, puede ser que a la hora de la prueba final sienta un vacío o un sentimiento de culpa y eso es un obstáculo para su propósito. Cualquier paso que no se cumpla puede despertar en usted una pequeña chispa de arrepentimiento y eso dañaría seriamente a todo lo que había logrado anteriormente. Un consejo es que ante las más mínima chispa de arrepentimiento, deje lo que va a hacer y se dedique a cumplir el/los paso/s no realizado/s y lo vuelva a intentar en otra ocasión con más calma y ya con todo cumplido. Recuerde siempre esto último... "Muera y deje Vivir."

En memoria de alguien que cambió mi vida, Jaqueline. 14/12/97 - 22/11/11

viernes, 21 de junio de 2013

"Pequeñas Cosas."

A Carlos siempre le había gustado esa chica de segundo grado.
Desde que entró a la secundaria la había observado todos los días. Para la mitad del año se había decidido a hablarle todas las veces que pudiera, pero era muy tímido para eso.
Cuando entró a tercero por fin se decidió a hablarle todos los días, siempre y cuando tuviera la oportunidad y no la estuviera interrumpiendo.
Después de una semana, todas las clases finales de Carlos le tocaban en el salón E-4, ahí, el grupo de Diana, la chica de la cual Carlos estaba enamorado, tenían todos los días su penúltima clase.
Todos los días Carlos se apresuraba para llegar temprano a su última clase y así poder ver a Diana; siempre que llegaba ellos ya iban saliendo, entonces Carlos le decía un simple "Hola" y le dedicaba una sonrisa. Al principio Diana no le respondía, pues se le hacía muy raro que él, alguien a quien no conocía, la saludara todos los días, pero con el tiempo se fue haciendo rutina.
Pasaban los días y Carlos seguía con su saludo diario. Le comenzó a escribir cientos de cartas a Diana donde le confesaba sus sentimientos y las razones por las cuales le gustaba, sin embargo, además de su saludo diario en el último cambio de módulo, no se hablaban para nada, nunca habían entablado una conversación y si se encontraban en la calle o en algún lugar ajeno a la escuela sólo se saludaban y cada quien seguía por su camino.
Cierto día, casi para el final del curso, mientras Carlos estaba en su penúltima clase, hubo un corto circuito y el salón se comenzó a incendiar. Todos los que ahí se encontraban salieron huyendo, todos menos Carlos, quien mientras corría hacia la salida se había tropezado con la silla de uno de sus compañeros y había caído al piso, torciéndose el tobillo, lo que le impedía levantarse y salir de aquel salón que poco a poco se envolvía en llamas.
Mientras Diana salía de su clase notó que había alumnos corriendo por el patio cívico, era el grupo donde estaba el muchacho que todos los días la saludaba de una manera sencilla y tímida. Los muchachos salían corriendo y gritaban mientras en el edificio de enfrente el último salón se encontraba en llamas. Diana pronto notó la ausencia de aquel muchacho y le entró un pánico inexplicable. Pronto corrió con los prefectos quienes iban corriendo con cubetas de agua para apagar el fuego y otros llamaban a los bomberos.
-¿Hay alguien todavía adentro del salón?- decía histérica a uno de los prefectos.
-Al parecer salieron a tiempo todos, pero vete de aquí y mantente lejos el fuego, puede ser peligroso.- le dijo un profesor mientras impedía que subiera las escaleras.
-Estoy segura de que aún hay alguien en el salón, ¡tienen que sacarlo!- gritaba Diana.
En el salón Carlos se intentaba arrastrar para llegar a la salida pero el humo era demasiado y las llamas estaban a punto de alcanzarlo.
Diana había convencido a un profesor de entrar al salón para revisar si ya no había nadie y fue cuando encontraron a Carlos tirado en el piso a punto de desmayarse por todo el humo que había inhalado, las llamas estaban a punto de alcanzarlo pero por fortuna el profesor llegó a tiempo y lo sacó.
Cuando Carlos estaba fuera, mientras los paramédicos lo revisaban, Diana se le acercó muy preocupada.
-¿Te encuentras bien?- le preguntó.
-Sí... estoy algo mareado por el humo, pero a pesar de todo estoy bien gracias a ti- le respondió Carlos.
Diana le dedicó una amplia sonrisa y no sabía si abrazarlo o no.
-¿Cómo supiste que aún no salía del salón?- le preguntó de pronto Carlos a Diana.
La pregunta tomó por sorpresa a Diana pero a los pocos segundos la respondió... -Todos los días un muchacho, mientras salimos de la penúltima clase, me saluda. Siempre me pregunté quién era ese muchacho, porque casi nadie de tercero me habla. Al principio me tomaba por sorpresa ese saludo, pero con el tiempo me fui acostumbrado y llegué al grado en el que salía un poco tarde sólo para encontrarme con él y que me dijera ese "Hola" y nada más. Ese saludo me hacía sentir especial, porque sentía que para él yo era alguien, que no era otro "zombie" en esta inmensa escuela. Soy muy tímida y por eso mi presencia casi no se nota, pero cuando noté que ese muchacho me saludaba a mi y sólo a mi, me sentí una persona importante, sentí que realmente valía la pena para alguien, que mínimo merecía el saludo de alguien... entonces, cuando salimos de clase y vi que todos salían corriendo del edificio, te busqué desesperada pero no te encontraba, no les podía preguntar a tus compañeros por ti porque ni siquiera sé tu nombre, así que fui corriendo a preguntar si todavía había alguien en el salón, al principio me dijeron que ya no había nadie y que sólo estaban esperando a los bomberos, pero pese a mi insistencia decidieron revisar el salón y te encontraron.
Carlos se quedó muy sorprendido  pues, el nunca se imaginó que para esa chica, él era alguien, no sólo un alumno más, sino alguien especial, tan especial, porque ella esperaba ese saludo todos los días.
Carlos se dio cuenta de algo muy importante. No se necesita hacer cosas extravagantes o extraordinarias para dejar huella en alguien o en algún lugar, con el simple hecho de ser cortés y amable te ganas un lugar muy especial en la memoria de alguien. Muchas veces lo ordinario como un saludo se vuelve tan extraordinario y algo como un simple "Hola" se convierte en algo digno de recordar. Que las pequeñas cosas no son tan pequeñas después de todo.

domingo, 28 de abril de 2013

"¡Qué bellas son las perlas!"

A
quí una pequeña reflexión.

¡Qué bellas son las perlas!

Aún así... sabemos que las perlas son producto del dolor...
Toda perla es la consecuencia de una ostra que ha sido herida por un pequeño grano de arena que ha entrado en su interior. Una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas.
En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia llamada "nácar", y cuando un grano de arena penetra en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para protegerse y así evitar que el grano siga lastimando a la ostra. Como resultado, se va formando una hermosa y brillante perla.
¿Te has sentido herido por las palabras y/o actitudes de alguien?
¿Has sido acusado de cosas que nunca has dicho?
¿Todas tus ideas han sido rechazadas y ridiculizadas?
¿Te han culpado de cosas que jamás has hecho?
¿Tu actitud frente a algunas situaciones se malinterpreta?
¿Te han ofendido alguna vez?
¿Has sufrido alguna vez los golpes de la indiferencia?
¿Te han herido precisamente aquellas personas que menos esperabas?
¿No te valoran como realmente lo mereces?
¿Te han tratado como basura sin alguna explicación?
Entonces, perdona y haz de tu herida una perla. Cubre tus heridas con varias capas de amor como la ostra cubre el grano con nácar. Recuerda que cuánto más cubierta esté tu herida, menos dolor sentirás. Por el contrario, si no la cubres con amor, esa herida permanecerá abierta, te dolerá más y más cada día que pase, se infectará con el resentimiento y la amargura, y peor aún, nunca cicatrizará, sólo se irá abriendo cada vez más.
En nuestra sociedad podremos ver muchas "ostras vacías" no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar y prefirieron quedarse con esa herida eterna, no supieron comprender y transformar ese dolor en una bella perla.
Y recuerda...
"Una perla es... una herida sanada por el amor".


¿Les gustó?, está corta pero espero y les deje algo:3