La luna brilla en la penumbra
mientras en mi cuarto sólo hay soledad
el revolver cargado está en la mesa
¡Oh Mierda!, ya no hay marcha atrás.
La cabeza perforada se encuentra
mientras la sien no deja de sangrar
esta mala poeta estaba herida
y la salida falsa tuvo que tomar.
Que yo escribo poesía es una mentira más
Que tú me querías eso todos lo pueden negar
que mi alma desdichada vagará por el mundo
que mi locura apasionada te herirá en tu punto.
No es que diga que me maté por ti
pero si alguien más lee estos versos
obviamente pensarán que fue así
y para que los amantes estén juntos
te preferiría a mi lado estando difunto.
He dejado en mi cajón un anillo
para que te lo pongas en mi velorio
después pasadas veinticuatro horas
tus ojos ya no tendrán brillo.
Ésto debió de haber sido una historia
pues la poesía no es para mí
pero quiero que a mi memoria
alguien declame lo que esta noche escribí.
Quizá este ya sea el último verso
pero créeme que aún tengo más
decidí hacer este intento de poema
para que por fin la monotonía me dejara en paz.
Ahora firmo mi libertad con presionar el gatillo
dejando todas las culpas y dudas bien claras
para que después de que me encuentren en el piso
sepan por quién lloré y a quién dirijo todas esas cartas.