La muerte no me asusta,
porque se que este juego
lo vamos a perder
en manos de ella.
Esta mano es inservible,
no deja continuar el juego,
entre la vida y la muerte,
entre el infierno y el cielo.
La vida es como una ruleta,
gira y gira sin parar.
Colorado el 23 grita,
sabido es que no hemos de ganar.
Muchas veces me pregunto,
¿por que tenemos que jugar?
este juego peligroso
del que no saldremos victoriosos.